Hubo una época en que el número de personas usando tecnología digital no era siquiera una porción significativa de la especie humana. Si llegabas a menos de 90 centímetros de una computadora eras un elegido, incluso si una cerca electrificada te impedía el paso. Si te permitían tocarla eras un hacker. Si tenías una en tu casa, un semidiós.
Las cosas han cambiado bastante desde entonces. Hoy, un tercio de la población terrestre utiliza alguna clase de dispositivo digital. Ya no se necesita -por fortuna, debo añadir- graduarse en Ingeniería o Ciencias Exactas para aprovechar los incontables bienes de la informática.
Sólo una cosa no ha cambiado: seguimos formateando discos por error.
La reacción frente a este tropiezo intangible combina una angustiada desesperación con la inconfundible e inefable sensación de ser un perfecto estúpido. Hay varias herramientas comerciales para salir indemne de esta pequeña tragedia digital. Con todo, sí, admitido, estos programas a veces hacen algunas preguntas que pueden a uno llevarlo a pensar si no sería más sencillo comprarse una máquina del tiempo y volver a 1950, a la máquina de escribir, a los rollos de fotos.
No hace falta. Estuve probando el PhotoRec , un excelente software libre para restaurar los archivos eliminados por el formato de un disco, llave de memoria o tarjeta flash. Es obra de un programador francés llamado Christophe Grenier. Christophe tiene 33 años, vive en París y respondió rápida y cordialmente las varias consultas que le hice por correo electrónico para esta nota. Chapeau .
Cualquiera que tenga una cámara de fotos o use un pendrive como medio para transportar archivos entre la casa y la oficina debería descargar ya mismo los programas de Grenier y aprender a usar PhotoRec . Lo primero es relativamente sencillo. De lo segundo me encargaré en los siguientes párrafos.
Antes del pánico
PhotoRec se obtiene en conjunto con otra aplicación, TestDisk . Ambas son gratis, se distribuyen bajoLicencia Pública General y se descargan del sitio de CGS Security (www.cgsecurity.org/wiki/TestDisk_Download ). Lo que se obtiene es un archivo ZIP llamado testdisk-6.11.3.win . No se preocupe porque el nombrePhotoRec no aparece en la etiqueta del archivo, lo encontrará dentro de todas formas. Los números de la versión (6.11.3) irán variando a medida que Christophe actualice sus aplicaciones. En su sitio hay también paquetes de binarios para diversos Linux..., ¡y hasta para OS2!
Si se le da doble clic al archivo ZIP en Windows XP, Vista o Seven se abrirá una ventana con una carpeta dentro llamada de la misma forma que el archivo, sólo que sin la extensión .zip . (En Windows 98 puede usar el 7-Zip : www.7-zip.org . De hecho Z-Zip es una mejor opción que el descompresor integrado a las nuevas versiones de Windows) PhotoRec y TestDisk no requieren instalación. Basta arrastrar esa carpeta que está dentro del ZIP al Escritorio de Windows. Dentro encontrará todo lo que hace falta para empezar a recuperar los archivos eliminados por el formato.
Dentro de esa carpeta que tenemos ahora en el Escritorio se ven una serie de archivos que no aparecen asociados a nada en Windows (el ícono está en blanco o tiene el símbolo de no reconocido por el sistema). Eso es normal. En Unix/Linux los archivos no necesitan extensión, mientras que Windows los requiere. Es bastante usual ver algunos archivos sin extensión en los proyectos creados bajo Linux y portados a otras plataformas.
Como fuere, lo interesante está dentro de una de las tres carpetas que se observan en ese directorio: dos ,ico y win . En dos sólo hay un texto sobre la compatibilidad del programa con el viejo sistema operativo para PC. En ico están los dos íconos que usa el software. En win , por fin, lo que buscábamos: un par de programas ejecutables.
Cuidado con Vista y 7
Por regla general, desde Windows XP para acá, al dar formato a un disco, un pendrive o una tarjeta flash, el sistema se fija si la unidad ya tiene formato. Si es así, ofrece dar formato rápido. Si no, hace el formato regular. En XP no hay ninguna diferencia para recuperar entre ambos tipos de formato. En Vista y Seven, elegir la clase de formato equivocada hará que destruya toda su información y no pueda recuperar nada. No, al menos, de forma tan sencilla. ¿Por qué?
El formato rápido sólo crea un sistema de archivos vacío. Es decir, pone en cero la tabla de ubicaciones de los ficheros. Los datos no se tocan, sólo se elimina el índice donde estaba anotada su ubicación en el disco.
Por lo tanto, si Windows Vista o Seven le ofrecen dar formato rápido a una partición, acepte siempre esa opción. Quiere decir que el formato regular sería redundante. No ganará nada ni hará que el disco sea más estable o seguro por sobrescribir cada sector con ceros. Más bien perderá la opción de recuperar los datos, si resulta que no quería formatearla. Y además tardará muchísimo.
Si lo que busca es eliminar de manera segura los datos en un disco duro, tampoco éste es el método adecuado. Más bien, debería usar una aplicación como Eraser ( http://eraser.heidi.ie ). Si tiene alguna duda sobre la confiabilidad de esa unidad, el formato normal sí contribuirá marcando los sectores defectuosos para que no se graben datos en ellos.
Me dice Christophe que el formato que aplican las cámaras de fotos y video siempre es del tipo rápido, por lo que su software puede usarse también con tarjetas de memoria que hayan sido formateadas de esta suerte.
El retorno, paso por paso
Supondremos que dimos formato rápido a un pendrive que contenía 300 valiosas fotos. A los fines prácticos, las hemos perdido. La buena noticia es que la información sigue ahí, intacta.
Para recuperarla, lo primero es no volver a usar esa unidad de almacenamiento. Luego, le damos doble clic al archivo etiquetado photorec_win.exe . Lo que sigue haría, en circunstancias normales, que usted cerrara el programa con un bufido y una queja (comprensible): Esto no se entiende nada . Para peor está en inglés.
Pero espere. Lleva menos de cinco minutos entender cómo usar esta herramienta, y cualquier día de estos podría salvarlo de un bonito lío.
La lacónica ventana negra significa que la aplicación no posee una interfaz gráfica. Se la controla por medio de atajos de teclado o moviendo un rudimentario cursor por las opciones.
Lo primero que muestra la pantalla es una lista de las unidades de disco detectadas. No son particiones. Son unidades físicas. Por eso, si usted tiene un disco duro dividido en C: y D:, sólo verá una línea, casi seguramente identificada como /dev/sda , típica nomenclatura de Linux. Una llave de memoria se vería como /dev/sdb . No se preocupe, no tiene que aprender las herméticas siglas de Unix. A la derecha de cada línea observará un nombre más amigable: marca, modelo y capacidad de la unidad, expresada en MebiBytes y GibiBytes. Así, la llave de memoria tendrá, digamos, 1905 MiB (es decir, unos 2 gigabytes), mientras que el disco duro de la PC estará en 100, 250, 320 o más GiB. (Un Kibibyte es un 2 elevado a la décima potencia, es decir, 1024 bytes. Un MiB es 2 elevado a la vigésima potencia, 1.048.576 bytes. Y así.)
Con las teclas de cursor seleccionamos la línea correspondiente a la llave de memoria y apretamos Enter , lo que equivale a hacer clic en Proceed (abajo). Es decir, proceder.
La siguiente página permite elegir el tipo de tabla de particiones, desde la tipo Intel/PC hasta Xbox y Mac . Si usa Windows, elija Intel/PC .
El tercer paso es para elegir si se buscará en una partición constituida o en toda la superficie del disco o la llave de memoria. Conviene aquí elegir la partición constituida. Luego se podrá optar por revisar toda la superficie del disco.
El cuarto paso permite elegir entre dos clases de sistemas de archivo, los ext ( ext2 , ext3 y ext4 ) de Linux, y FAT , NTFS , HFS+ y ReiserFS . Si usa Windows, Mac o tiene su Linux formateado con Reiser , elija esta segunda opción.
El quinto paso es para elegir entre buscar en el espacio libre o toda la unidad ( Whole ). Elija esta última alternativa, si formateó por error.
El sexto y último paso es para elegir dónde guardaremos los archivos recuperados. Es obvio que no debemos usar la misma llave de memoria, porque en el proceso de salvamento podríamos sobrescribir archivos todavía no recuperados, arruinándolos. Por default se ofrece guardar los ficheros rescatados en una carpeta dentro del directorio del programa. Podemos apretar la tecla Y (por Yes ) para escoger esta opción y seguir adelante. La lista con nombres de archivo precedidos de extravagantes combinaciones de letras y guiones (por ejemplo, drwx------ ) suena arcano, pero no es nada del otro mundo. En Linux se consignan los permisos y atributos de los archivos de esta forma.
Configurado el PhotoRec , se iniciará el proceso de recuperación. Con un pendrive de 2 GB y una PC promedio tardará unos 30 minutos en extraer los datos. Impecable.