Desde que los teléfonos móviles se popularizaron, para muchos de nosotros los relojes de pulsera son algo que ya solo nos ponemos cuando toca ir a una boda o hay que dar imagen, pero no podemos ocultar que haríamos cosas muy bajas por colgar de nuestra muñeca el Devon Works Tread 1. En estos tiempos digitales, su alucinantemente complejo sistema de cintas móviles vale más que mil pantallas OLED juntas, y además, literalmente: sus creadores piden por él 15.000 dólares, y viéndolo ahora por primera vez en movimiento, no dudamos que alguien con más dinero que nosotros los pondrá uno encima de otro. Es cierto que en vivo no tiene la inmaculada presencia de los renders, pero tú observa el desplazamiento de sus números y dinos si de verdad has visto antes algo parecido.
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