Para evitar que las máquinas se rebelen y empiecen a agredirnos al más puro estilo de película, en la Universidad de Ljubljana en Eslovenia están trabajando para conseguir robots que no nos generen dolor o malestar.
Para ello han conseguido convencer a unos cuantos incautos (vivan los voluntarios universitarios) para que reciban el impacto de un brazo mecánico durante 18 veces. Borut Povše explica que inevitablemente el primer paso para poder desarrollar máquinas que no superen los límites del dolor es realizar estas pruebas para recopilar los datos y poder actuar en referencia a ellos.
Por suerte para los voluntarios, aunque los impactos que reciben son tanto con punta redondeada como afilada y a diferentes velocidades, ninguno de ellos parece ser lo suficientemente fuertes como para hacerles daño en exceso, ya que para eso utilizan la simulación con brazos artificiales.
El principal problema con el que se enfrentan es que la sensación de dolor es subjetiva para cada persona, por lo que resulta tremendamente difícil establecer unos valores objetivos y extensibles a todo el mundo en este sentido. Por otro lado, las aplicaciones futuras son muy interesantes y variadas, ya que en muchos trabajos se utiliza maquinaria que resulta peligrosa.
Fuente
viernes, 15 de octubre de 2010
Creando robots que detecten si nos hacen daño
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