Una elaborada placa base mural colgada de la pared, por cierto de una pared de un dormitorio pintado en gotelé metalizado para imprimir ya desde el inicio un aspecto tecno-industrial.
Sobre esa placa base mural vamos colocando los distintos elementos que configurarían un ordenador, que por cierto, ya no sería de sobremesa sino de pared. Ahí tenemos placa base, aceleradora gráfica, discos duros, lector de DVD… y ya luego sus cablecicos bien ordenadicos y su poquito ce luces de neón para dar efecto modernen.
El resultado, cuanto menos, es singular. Desde luego bien ventilado está, pero polvo también va a coger un poco como seas un poco descuidado con la limpieza de tu dormitorio. También sales ganando en que cualquier componente que tengas que actualizar o reparar lo tienes a la vista y lo sustituyes en un pispás. Ahora falta eliminar esos cables y hacerlo todo inalámbrico.
Fuente
martes, 16 de noviembre de 2010
Mi dormitorio es mi ordenador
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