Por más que lo miro, me cuesta creer que es un componente tecnológico con una específica función y condenado a deslizarse a perpetuidad por una alfombrilla. Está más cerca de una obra de arte digna de contemplación, que de un "Mouser". Y reconozco que debo hacer un verdadero esfuerzo para mentalizarme de que es un simple ratón. Aunque, mirándolo bien, tampoco es tan simple.
Svyatoslav Saakyan, como director de arte, y Andrey Chirtov, como diseñador han buscado un hueco en su quehacer habitual y han diseñado una pieza muy alejada de sus otras realizaciones. Porque Svyatoslav y Andrey, en su estudio trabajan habitualmente en el ámbito del diseño de mobiliario para automóviles, en palabras más corrientes, diseñan asientos para coches. Pero también disfrutan en la elaboración de otro tipo de objetos como mobiliario en general, enseres domésticos, equipos de oficina, y mucho más.
Diseñar el "Mouser" que puede usted ver en la fotografía no es fácil, a menos que te venga la "chispa", el fluido y mágico momento cuando se presenta esa inspiración casi divina capaz de convertir un objeto de nuestro entorno, frío y distante, en una pequeña escultura armónica, cómoda, agradable y amistosa, con la que vamos a pasar muchas horas. El diseño industrial es siempre un compromiso entre la solución costosa y el valor real del producto. Pero con este "Mouser" se ha roto la regla, ¿que valor se le puede dar a una obra de arte?
Los creadores tuvieron una idea principal y fue combinar dos materiales con diferentes calidades y texturas: la cálida y manejable madera, y el metal frío y duro. La madera da al ratón un aspecto artístico retro, mientras que el esqueleto metálico le otorga una condición de modernidad y actualidad. Los botones parecen estar colgando como alas de insectos y bajo el marco metálico, una especie de esqueleto, se esconde la placa electrónica. El mecanismo está oculto detrás de los detalles de madera de forma fluida.
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