Como publicó el portal La Información, se trata de la prueba “T-Rex” (Tether Technologies Rocket Experiment), para la cual se lanzó con éxito un cohete sonda S-520-25, que estudia la atmósfera superior, a las 5:00 horas el pasado martes 31 de agosto desde el Centro Espacial Uchinoura.
La misión era desplegar en el espacio, a 309 metros de altura, una cinta metálica conductora de 2.5 centímetros de ancho y 300 metros de largo de modo de analizar una tecnología que permitiría a las naves desplazarse ancladas al campo magnético terreste… ¡Y sin propulsores!
La tecnología de “correas de sujeción”, es decir, este cable electrodinámico (EDT) que barre electrones que flotan en el espacio creando una corriente eléctrica, provoca que la nave se empuje contra el campo magnético de la Tierra. Pero ¿cómo se manejaría la dirección de la naves bajo esta técnica? Por medio de paneles solares que permitan invertir el sentido de dicha corriente y elevar su órbita.
La misión era desplegar en el espacio, a 309 metros de altura, una cinta metálica conductora de 2.5 centímetros de ancho y 300 metros de largo de modo de analizar una tecnología que permitiría a las naves desplazarse ancladas al campo magnético terreste… ¡Y sin propulsores!
La tecnología de “correas de sujeción”, es decir, este cable electrodinámico (EDT) que barre electrones que flotan en el espacio creando una corriente eléctrica, provoca que la nave se empuje contra el campo magnético de la Tierra. Pero ¿cómo se manejaría la dirección de la naves bajo esta técnica? Por medio de paneles solares que permitan invertir el sentido de dicha corriente y elevar su órbita.
Si bien esta tecnología de sujeción para naves orbitales fue probada sin éxito en oportunidades anteriores -como, por ejemplo, Multi-Application Survivable Tether (MAST) y Young Engineers Satellite 2 (YES2)-, T-Rex es más seguro y hace frente a los impactos de desechos espaciales o micrometeoritos, de modo que en vez de romperse la cinta se le formarían pequeños agujeros.
Si los datos recopilados por este experimento son correctos, la impulsión por correa podría utilizarse en vuelos antes de 2014, lo cual sería muy beneficioso ya que actualmente las naves convencionales queman combustible para maniobrar en órbita, situación que añade peso y mayores gastos a las misiones. Además, cuando se agota el combustible la nave no puede moverse en altura.
Sin embargo, por ahora su efecto es pequeño pues sería necesaria una correa de 50 km para alcanzar el 1% de la fuerza de gravedad de la Tierra.
Por último, el problema al cual podría enfrentarse T-Rex es el financiamiento ya que debe competir con otras misiones, como la propulsión a vela solar del IKAROS, para demostrar las tecnologías avanzadas sobre el impulso orbial sin combustible.
Si los datos recopilados por este experimento son correctos, la impulsión por correa podría utilizarse en vuelos antes de 2014, lo cual sería muy beneficioso ya que actualmente las naves convencionales queman combustible para maniobrar en órbita, situación que añade peso y mayores gastos a las misiones. Además, cuando se agota el combustible la nave no puede moverse en altura.
Sin embargo, por ahora su efecto es pequeño pues sería necesaria una correa de 50 km para alcanzar el 1% de la fuerza de gravedad de la Tierra.
Por último, el problema al cual podría enfrentarse T-Rex es el financiamiento ya que debe competir con otras misiones, como la propulsión a vela solar del IKAROS, para demostrar las tecnologías avanzadas sobre el impulso orbial sin combustible.
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