Los científicos dicen que al licuar la aequorea victoria, una medusa que brilla en la oscuridad y habita en la costa oeste de Estados Unidos, se puede emplear la proteína fluorescente verde (GFP) que contiene para crear celdas miniatura de combustible.
Sus creadores dicen que estas celdas pueden ser empleadas para generar energía en 'nano-dispositivos' microscópicos, que pueden trabajar de forma independiente dentro del cuerpo humano, ayudando a revertir la ceguera o combatir tumores.
La nanotecnología es la manipulación de material en una escala atómica (un nanómetro equivale a una mil millonésima parte de un metro), y es vista por muchos como el futuro de la medicina, pero la ciencia de energizar la nano maquinaria apenas está dando sus primeros pasos.
Y aquí es donde actúan las medusas.
Zackary Chiragwandi, de la Universidad Chalmers de Tecnología en Gothenburg, Suecia, dijo que desarrolló un método para generar energía a un nano-nivel, administrando una gota de FGP de medusa en electrodos de aluminio, y exponiéndolos a luz ultravioleta.
Chiragwandi dice que la técnica es más segura que la de las celdas existentes que funcionan con luz, y no requiere de elementos costosos, como el titanio hallado en las celdas Gratzel, que son celdas solares que imitan la fotosíntesis de las plantas.
Chiragwandi dice que sus celdas pueden utilizar enzimas de luciérnagas y mariquitas marinas renilla reniformis para crear su propia fuente de luz, haciéndolo un método completamente integrado.
En el 'nano-dispositivo biofotovoltáico' de Chiragwandi, los electrones fluyen a través de un circuito cuando la luz llega a la proteína fluorescente verde. Dice que esto genera una medición actual de “decenas de nano amperes”.
El gen luminiscente de las medusas fue reproducido en laboratorio y aplicado a bacterias (Getty Images). |
“Las características de los nano-dispositivos biofotovoltáicos son comparables con las de las celdas solares que han comprobado tener alta eficiencia”, dijo Chiragwandi, y agregó que las celdas de energía podrían desarrollarse en sólo un par de años.
“Los combustibles biológicos podrían ser una fuente de nanotecnología de generación de energía independiente dentro de un organismo vivo, y pueden generar energía médica o de comunicaciones en un ser vivo sin la necesidad de fuentes de energía eléctrica externa”, aseguró.
Mientras tanto, en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, los científicos dicen que han estado trabajando para convertir algas vivas en una celda solar biológica flotante, que podría ser empleada para generar energía a partir de casi cualquier cuerpo no congelado de agua dulce o salada.
Paolo Bombelli, quien forma parte del equipo que desarrolla este método, dice que es posible aprovechar la energía liberada por organismos que realizan la fotosíntesis, usando electrodos transparentes especialmente diseñados.
Al emplear este proceso, que aprovecha el agua dividida en oxígeno, protones y electrones, lograron generar energía suficiente para hacer funcionar un reloj digital.
“No estamos hablando de una gran cantidad de electricidad”, y agregó que el equipo “estaba lejos de lograr que tuviera una aplicación real; definitivamente es un plan a largo plazo”.
Aunque ya demostraron que pueden hacer funcionar esta técnica en agua de mar a una temperatura templada, abriendo así su uso potencial en casi cualquier océano del mundo, Bombelli dice que aún deben superar los niveles de eficiencia de luz del sol a electricidad de 0.1 por ciento.
Dice que un problema mayor es poder hacer crecer el sistema sin tener que matar a los organismos.
Aunque las algas pueden estar en riesgo actualmente, para las medusas hay buenas noticias. Gracias a hallazgos modernos que permiten a los científicos criar su propia proteína fluorescente verde empleando bacterias, las criaturas del mar ya no están en el menú de las malteadas
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