jueves, 15 de abril de 2010

5 beneficiados del calentamiento global


No todo lo relacionado con el cambio climático es malo, de hecho si eres una montaña, una medusa, o un aspirante a granjero en Groenlandia, esta puede ser tu oportunidad.

1) Groenlandia (Greenland en inglés) está empezando a hacer honor a su nombre convirtiéndose en una tierra más verde. Al parecer las inmensas capas de hielo están desapareciendo dejando más y más tierra arable al descubierto. Los 58.000 groenlandeses ya han empezado a aprovechar esta ventaja cultivando brócoli durante los meses de verano.
2) Las medusas están haciéndose más grandes. A pesar de que la mayor parte de las criaturas oceánicas están pasando tiempos difíciles, las medusas en cambio entran en su edad de oro. Por alguna razón, el alza en la acidificación y en las temperaturas les viene de perlas a estos gelatinosos seres. Seguramente la sobrepesca a la que sometemos a sus depredadores también ha ayudado, y para más INRI esto último les hace tocar a mucho más placton que antes. Lo dicho, buenos tiempos para las medusas… malos para los bañistas.
3) Las montañas crecen. Si, yo también me he quedado atónito al leer esto. Según leo, los glaciares en recesión han liberado a las cumbres de su pesada carga de hielo, lo cual les está permitiendo alcanzar su verdadera altura. De hecho el artículo dice que en el brazo occidental de los Alpes, las montañas crecen a un ritmo de 0,088 centímetros por año. Al final va a resultar que el último que suba al Everest se quedará con la gloria.

4) Viruela. En diciembre de 1979 la OMS declaró erradicada esta enfermedad, que acabó con la vida de 500 millones de personas durante el siglo XX. Ahora parece que el calentamiento global, que está fundiendo las capas de hielo de la tundra, podrían liberar de nuevo a este pequeño virus atrapado en las burbujas de aire, y es que este bichito puede vivir varias décadas enterrado en el hielo. Tranquilos, si esto termina por suceder… tenemos una vacuna efectiva.
5) Satélites que giran más rápido. Los expertos en comunicaciones llevan años detectando pequeñas variaciones en la velocidad orbital de los satélites, que algunas veces aceleran y otras se refrenan. Pronto se descubrió una correlación entre estas variaciones y el ciclo solar de 11 años de las manchas solares. Resulta que las manchas (que se producen por una intensa actividad magnética) alteran la densidad de los gases de la termosfera, la capa exterior de nuestra atmósfera por la que pululan nuestros satélites. A menor densidad en la termosfera, más rápido viaja el Meteosat y viceversa.

Pero es que además el aumento de CO2 en la atmósfera está alterando también la termosfera, haciéndola menos densa y por tanto acelerando la velocidad de nuestros satélites. Y al parecer esto nos está beneficiando porque los satélites se enfrentan a menos resistencia lo cual disminuye el número de correcciones de curso a realizar. Obviamente esto alarga la vida operativa de los satélites, así que las empresas que los encargaron están realmente contentos.

Camiseta a prueba de balas


Una camiseta antibala, de esas que sólo se ven en los comics o en las películas, se volvió realidad, gracias a las investigaciones de un grupo de científicos de la Universidad de Carolina del Sur (EE.UU), de China y de Suiza. Los cerebros crearon prendas de algodón resistentes a los impactos de los proyectiles, ideales para ciudades peligrosas.
Estas camisetas, a diferencia de los clásicos chalecos antibala, son cómodas y se ajustan al cuerpo de las personas. La clave está en el carburo de boro, el tercer elemento más duro de la naturaleza, que refuerza las fibras de esta ropa súper resistente. El material es el mismo que se utiliza para proteger los tanques.


Los científicos realizaron el experimento con camisetas blancas que fueron cortadas en tiras y sumergidas en una solución de boro. Más tarde, fueron retiradas de la solución y se calentaron en un horno. El calor transformó las fibras de algodón en fibras de carbón, las que reaccionaron con el boro y produjeron el carburo de boro.
Sobre sus usos posibles, los investigadores afirmaron que serán capaces de “fabricar armaduras mucho más resistentes, livianas y flexibles usando esta nueva técnica, además de automóviles y aviones más livianos y eficientes”