
Las hojas artificiales están cubiertas por materiales como grafito o nanotubos de carbono. Los rayos solares activan las moléculas sensibles a la luz, lo que crea la electricidad. La semejanza con la naturaleza radica en que las plantas realizan el mismo procedimiento para sintetizar las azúcares que necesitan para crecer. La meta a corto plazo es mejorar esta técnica, pues aunque ha probado ser funcional, aún no se encuentra al tope de eficiencia.

Cada día estos avances nos acerca más y más a un futuro orientado a la sustentabilidad energética. Estados Unidos está poniendo toda la carne al asador para aprovechar las energías verdes. Están, por ejemplo, la iniciativa del CalTech para obtener combustible a partir de la luz solar; o la construcción de aviones impulsados mediante energías renovables. Y es que tras el derrame del Golfo, la política energética ha cambiado. El que haga más con menos será el que asegure su futuro.
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