
El caso de Thomas-Rasset, madre soltera de cuatro hijos, destacó por tratarse de la primera persona que al ser demandada tanto por las discográficas como por su asociación representante, la RIAA, se negó a un acuerdo amistoso prefiriendo ir a juicio.
Tras una primera absolución, llegó la primera condena el año pasado al que se suma esta nueva. A Thomas-Rasset aún le quedan instituciones superiores a las que apelar, como el Tribunal Federal, aunque parece harto difícil que un caso como el suyo derive allí sin un fuerte apoyo por parte de algunas asociaciones defensoras de los derechos civiles. La RIIA renunció hace dos años a continuár lanzando demandas judiciales de este tipo.
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