sábado, 11 de diciembre de 2010

¿Cómo rescataría la NASA a un astronauta suelto en el espacio?

Es una pregunta que probablemente muchos nos hemos hecho en algún momento de la vida, pero que no alcanzaba para dedicarle más de un pensamiento y a la que nunca acabamos por darle vueltas y respondérnosla. Y es que afortunadamente nunca ha pasado (que sepamos, claro), pero la gente de Pop Sci se la hizo formalmente y fue desgranando el choclo.
Primero que nada, los astronautas siempre que salen de la Estación, lo hacen atados a la nave con un cable de acero trenzado que soporta una tensión de hasta media tonelada. Además, si se trata de una caminata en pareja, por lo general se ejecuta con los astronautas amarrados uno al otro.
Pero, ¿y qué si falla el cable? En ese caso, siempre cuentan con un jetpack de nitrógeno en la espalda y con un pequeño comando para propulsarse de vuelta a la estación. Ok, pero, ¿y si algo le había golpeado la cabeza y flota inconsciente, sin cable y sin opción de operar el propulsor?
Ahí el tema se pone más peliagudo y pasa a depender de las opciones que puedan tener sus compañeros en la nave. “Un rescate podría y debiera ser asumido por el segundo caminante u otros miembros de la tripulación”, explica Michael Curie, portavoz de operaciones espaciales de la NASA, pero aclara que es difícil determinar un procedimiento, porque dependería de las circunstancias.
Por su parte, Jim Oberg, periodista que trabajó durante 22 años en el centro de control de misiones espaciales, sostiene que por lo general el brazo robótico no se encuentra en el rango donde trabajan los astronautas y que se mueve muy lento como para agarrar a alguien. En tanto, los vehículos Soyuz requieren de un día completo para estar listos y poder partir, tiempo en el cual el astronauta ya habría muerto asfixiado tras quedarse sin filtros para el dióxido de carbono.
Pésimo panorama para el descuidado astronauta. Más aún teniendo en cuenta que no es posible redireccionar los cohetes de la estación lo suficientemente rápido como para alcanzar al tripulante.
Ante un panorama tan oscuro, Oberg explica que la única opción de rescate sería que otro tripulante atara varios cables de seguridad y utilizara su propio propulsor para alcanzar a su compañero y remolcarlo de vuelta y que -con suerte- si se aleja más o menos en un ángulo recto respecto de la órbita de la nave, la dinámica orbital garantiza que el astronauta flotaría solo de vuelta a la estación al cabo de una hora.

¿Creías que era más sencillo? ¿Cómo pensabas que solucionaban estos problemas?


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