miércoles, 1 de septiembre de 2010

El austriaco Felix Baumgartner quiere superar la barrera del sonido

En plena Segunda Guerra Mundial, muchos aviones comenzaron a tener problemas de compresibilidad (al volar muy rápido, el aire que fluía alrededor de su superficie cambiaba y se conviertía en un fluido compresible, dando lugar a una resistencia mayor y provocando un sonido ensordecedor). En realidad se trataba de las primeras aeronaves que intentaban superar la barrera del sonido, o dicho de otra forma, que trataban de alcanzar una velocidad supersónica (mayor a 1.225 kilómetros por hora a nivel del mar), término también conocido en aviación como Mach 1.
El intrépido protagonista de esta hazaña es Felix Baumgartnet, un austriaco en cuyo curriculum ya figuran otras excitantes aventuras como haber cruzado el Canal de La Mancha en caída libre usando un traje de fibra y dos récord Guiness de salto con paracaídas desde un edificio: primero en las Torres Petronas y luego en el Taipei 101. En esta ocasión, Baumgartner cuenta con el auspicio de Red Bull que ha trabajado durante tres años en la logística, el equipo y la preparación con la que deberá contar en la misión, que ha sido bautizada con el nombre de Red Bull Stratos.
Sobre el papel, la estrategia está clara: el austriaco ascenderá en una cápsula presurizada transportada por un globo de helio hasta los 36,5 kilómetros del altura. Irá equipado con un traje especialmente adaptado para lograr la velocidad del sonido sin sufrir daños en su cuerpo. Una vez allí, deberá saltar al vacío desde la estratosfera, superando de paso la marca anterior -en posesión del militar estadounidense Joseph Kittinger (31.000 metros en 1960).
En ese momento el aire estará a una temperatura de menos 50 grados centígrados y deberá ingeniárselas para superar los 344,2 metros por segundo o 1.225 km/h (el conocido Mach 1) y sobre todo, para mantener la calma, ya que un mal movimiento podría provocar que su cuerpo girara sin control hasta impactar la superficie. No hay aún una fecha definitiva para el acontecimiento. La proeza servirá además para recopilar información científica y reunir datos para elaborar trajes para astronautas más seguros. Recomendable ver el vídeo para entender la magnitud del reto.


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