martes, 12 de octubre de 2010

¿Más fina? Imposible; la pantalla que apenas tiene ocho milímetros de grosor

Samsung ha apostado a tope por mostrar la televisión más fina del mercado. La pantalla apenas tiene ocho milímetros de grosor.
Pero para lograr esa apuesta se ha tenido que olvidar del full LED y esta 9.000 se conforma con ser Edge LED, es decir que la iluminación procede de los marcos y no de todo el fondo del panel.
 Es una discusión en la que hay quienes sostienen que el purismo del full LED no deja de ser eso, purismo, mientras que hay quienes defienden que la calidad es sustancialmente mejor. Hemos probado el televisor con imágenes en alta definición e imágenes en tres dimensiones.
La conclusión es que se ve muy bien y, además, el escalado de imágenes en dos dimensiones a tres (es una de las pocas marcas que lo hace) funciona. Es un divertimento, pero mientras no haya emisiones ni contenidos en 3D puede servir para sacar algo de partido a un televisor 3D. Otra cosa divertida que tiene es el mando a distancia.
Al ser tan avanzado es también un poco complicada la instalación y configuración, pero conectado a través de WiFi permite, por ejemplo ver la tele en la pantalla del propio mando. Eso sí, a cambio, hay que olvidarse de esos mandos de tele que con un par de pilas funcionan durante años. Éste hay que cargarlo a menudo.
 Para conseguir una pantalla tan plana, la circuitería está oculta en la peana, igual que los altavoces, lo que hace que, el modelo que se comercializa en España, no pueda colgarse de la pared, una pena, porque el efecto sería aún más espectacular. El televisor LED 9000 de 46, con un juego de gafas activas (se aconseja al menos contar con dos pares), cuesta, agárrense, 5.299 euros. El de 55 pulgadas sube hasta los 6.500. Todo sea por el diseño.



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